¡¡A ESTUDIAR Y A LUCHAR POR LA LIBERACION NACIONAL!!
   
  DE FRENTE Resistencia Estudiantil
  PROPUESTA
 

 

PROPONEMOS AL SECTOR ESTUDIANTIL LA CONSTRUCCIÓN DE PODER ESTUDIANTIL REVOLUCIONARIO
 
Hacemos el siguiente reconocimiento del momento actual:
Colombia en el ajedrez mundial esta ajustada al modelo económico neoliberal, permanece dentro del sistema capitalista dependiente hoy sometido a la reconversión, mediante la implementación del modelo ya dicho.
 
Se ha colocado a la clase obrera en situación miserable, aun más con la legislación aplicada, lo que genera mano de obra barata, desaparición de la seguridad social, bloqueo a la sindicalización, a la formación educacional del obrero y como planteaba Marx a ser esclavo del salario para sobrevivir.
 
El marco normativo mediante la constituyente, hoy la constitución nacional, abrió las puertas a los imperialistas para que exploten nuestros recursos sin reparo para que el despojo sea garantizado por las leyes dictadas por la burguesía nacional: la vivienda, la educación, la salud, la alimentación, son privilegios de las minorías. La lucha social ha sido criminalizada y existen rasgos de fascismo en el tratamiento dado, con la implementación de la legislación de orden publico, que se sustenta sobre jueces sin rostro, aumento de penas que terminan en cadena perpetua, ocultamiento de pruebas, de testigos, negación del derecho de defensa. Etc.
 
Los procesos de violencia parainstitucional comienzan a trasegar con fuerza nuevamente en el territorio nacional; el imperio, de manera descarada coloca en funcionamiento bases militares en todo el territorio nacional, con el pretexto de la "lucha contra el narcotrafico", cuando sabemos que su temor reside en los movimientos subversivos que se asientan en nuestro país.
 
En tanto, vemos que dichos movimientos tambien toman fuerza vital en este momento, hacen reconocimiento por dinamizar nuevas prácticas respecto a lo que está sucediendo.
 
Parte de esas prácticas es que se reconoce el hecho de que no será mediante el accionar único y aislado de un ejercito que se lograra hacer un cambio radical, por esto debe realizarse una labor de formación, de concientización, de asunción de la problemática nacional por parte del mismo pueblo colombiano.
 
Dentro de esta dinámica aparecemos; dentro de esa dinámica nos incluimos; de esa dinámica partimos.
Como estudiantes de educación publica considerados tradicionalmente como críticos, anticapitalistas, antiimperialistas. Esto era lo tradicional, porque la realidad actual es que no hay educación publica, ya que se ha elitizado el ingreso, y la composición actual no refleja las necesidades del pueblo. La educación que se imparte no compromete al estudiante con expectativas de transformación; por el contrario apaga su ímpetu. Responde a necesidades de intereses extranjeros; por eso como reivindicación primordial luchamos por la defensa de la educación publica, lo que significa que la educación es para la mayorías desposeídas, y no para las minorías privilegiadas; lo que quiere decir no solo una democracia cuántica en el numero de personas que ingresen; quiere decir oportunidades para poder permanecer estudiando; que la instrucción recibida sea un enlace con la realidad y no un factor de segregación; que la formación responda a las necesidades que sobre técnica, ciencia, alimentación, salud, obras, servicios, estructuras y superestructuras requeridos por la nación colombiana.
 
Leyendo, viviendo la historia, observamos que los estudiantes hemos sido utilizados por la burguesía, pues quienes pretenden ser revolucionarios. Hemos sido caballo de batalla de muchos, y siempre terminamos potenciando el aparato burocrático, siendo renegados de nuestra lucha; otros continúan aferrados a los principios revolucionarios, pero son muy pocos; el sistema termina institucionalizando la protesta, las organizaciones revolucionarias nos consideran flor de un día, y desgraciadamente para nosotros en muchas ocasiones ha sido así. De esta historia queremos y debemos aprender ahora; no vamos a seguir siendo un instrumento de nadie, de nada no, porque si seremos instrumentos de la revolución colombiana. En las luchas tradicionales los estudiantes, luchamos por cosas puntuales; no avizoramos un horizonte mayúsculo, nos contentamos con migajas, y con solucionar nuestros problemas domésticos; de cambiar un maestro, de bajar cinco pesos en la matricula o en la cafetería y no globalizamos, no universalizamos.
 
Por eso hoy entendemos que la única manera de salir de esa aldea intelectual, es convertir, a partir de la practica a la universidad en un espacio para la revolución, lo que significa que las cátedras impartidas no se limiten a recitar el texto, leído, sino a cuetionarlo, a aportarle, a encajonarlo en lo que viva uno en el barrio, en su casa, en su vida personal; lo que significa buscar salidas de cambio radical a través de la formación y la practica revolucionaria, desde una academia transformadora.
 
Las luchas, limitadas por espacios brindados por el sistema tales como la posibilidad de co-gobernar la asumimos como una posición legitimadora de procesos que lesionan los intereses de los estudiantes hijos del pueblo.
 
Sostenemos la teoría de la fuerza revolucionaria para derrocar al sistema: la lucha por las vías no convencionales hasta las ultimas consecuencias. Es así como adoptamos como característica, condición y fundamento de nuestra lucha la construcción de Poder Estudiantil Revolucionario, que quiere decir que los estudiantes no como estamento, sino como hijos del pueblo, nos comprometemos con el proceso revolucionario colombiano, a partir de cada uno de nuestros espacios geopolíticos a ejercer una función fiscalizadora sobre cada una de las actuaciones de quienes desde la misma institución, desde la condición de estudiantes afecten los intereses populares, denunciándolos, y ejerciendo dado el caso el mecanismo de justicia popular para impedir que se siga dando el atropello y la represión en contra de los derechos de nuestra gente.
 
Significa que los lineamientos sobre estudios, metodológicas, contenidos deben estar acordes con las necesidades reales del pueblo, y que confrontaremos cualquier aviso de penetración cultural imperialista al interior de nuestro espacio.
 
Reconocemos que solo habrá verdadera educación publica en el socialismo, pero que en la lucha por alcanzarlo se debe ir construyendo medianamente y no entendemos la revolución como la toma del poder, sino como la construcción del poder.
 
La posición que debemos asumir los estudiantes como pueblo ante la democracia burguesa debe ser el resultado de asumir la conciencia de clase revolucionaria. Esa posición demanda de nosotros la beligerancia como estudiantes y asumir la violencia revolucionaria como forma de lucha contra quien monopoliza armas, trabajo, capital y además conciencias: el estado y la clase que representa. Una violencia que además de legitima es necesaria y urgente.
 
 
 
 
 
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